Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 28:51-57 verso por verso
Comerá el fruto de tus animales y el fruto de tu tierra hasta que tú perezcas. No dejará para ti el grano ni el vino nuevo ni el aceite ni la cría de tus vacas ni el aumento de tus ovejas, hasta destruirte.
“Él te asediará en todas tus ciudades, hasta que en toda tu tierra caigan tus murallas altas y fortificadas en las cuales confías. Él te asediará en todas tus ciudades y en toda la tierra que el SEÑOR tu Dios te haya dado.
En el asedio y en la angustia con que te angustiará tu enemigo, comerás el fruto de tu vientre: la carne de tus hijos y de tus hijas que el SEÑOR tu Dios te haya dado.
Aun el hombre más tierno y acostumbrado a los deleites en medio de ti mirará malévolamente a su hermano, a su amada mujer y al resto de sus hijos que queden,
para no compartir con ninguno de ellos la carne de sus hijos que él se comerá. Porque nada le habrá quedado, debido al asedio y a la angustia con que te angustiará tu enemigo en todas tus ciudades.
También la mujer más tierna y acostumbrada a los deleites en medio de ti, que nunca probó asentar la planta de su pie sobre el suelo a causa de su delicadeza y de su ternura, mirará malévolamente a su amado marido, a su hijo y a su hija.
Hasta la placenta que sale de entre sus piernas, y los hijos que dé a luz, se los comerá a escondidas, debido a que faltará todo por causa del asedio y la angustia con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.