Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 29:1-17 verso por verso
Estas son las palabras del pacto que el SEÑOR mandó a Moisés que hiciera con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que hizo con ellos en Horeb.
Moisés llamó a todo Israel y les dijo: “Ustedes han visto todo lo que el SEÑOR hizo ante sus ojos en la tierra de Egipto al faraón, a todos sus servidores y a toda su tierra;
las grandes pruebas que sus ojos vieron, aquellas grandes señales y prodigios.
Pero hasta el día de hoy el SEÑOR no les ha dado corazón para entender ni ojos para ver ni oídos para oír.
“Yo los he conducido cuarenta años por el desierto. Sus vestidos no se han envejecido sobre ustedes ni sus zapatos se han gastado en sus pies.
No han comido pan ni tomado vino ni licor, para que sepan que yo soy el SEÑOR su Dios.
Así llegaron a este lugar, y cuando Sejón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron para combatir contra nosotros, los derrotamos.
Luego tomamos su tierra y la dimos por posesión a Rubén, a Gad y a la media tribu de Manasés.
Guarden, pues, las palabras de este pacto y pónganlas por obra, para que prosperen en todo lo que hagan.
“Todos ustedes están hoy delante del SEÑOR su Dios: los jefes de sus tribus, sus ancianos, sus oficiales, todos los hombres de Israel,
sus niños, sus mujeres y los forasteros que están en medio del campamento de ustedes, desde el que corta tu leña hasta el que saca tus aguas.
Estás por entrar en el pacto del SEÑOR tu Dios, y en el compromiso solemne que el SEÑOR tu Dios hace hoy contigo,
a fin de confirmarte hoy como pueblo suyo, y para que él sea tu Dios, como te ha prometido y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
“No solo con ustedes hago yo este pacto y este compromiso solemne;
ciertamente es con el que está aquí con nosotros hoy, delante del SEÑOR nuestro Dios, y también con aquel que no está aquí con nosotros hoy.
Pues ustedes saben cómo habitábamos en la tierra de Egipto y cómo hemos pasado en medio de las naciones por las cuales han pasado.
Ustedes han visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro, que tienen entre ellos.