Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 32:15-26 verso por verso
“Jesurún se engordó y dio coces. (Te hiciste gordo, grueso y rollizo). Y abandonó al Dios que lo hizo; desdeñó a la Roca de su salvación.
Lo provocaron a celos con dioses ajenos; lo enojaron con abominaciones.
Ofrecieron sacrificios a los demonios, no a Dios; a dioses que no habían conocido, a dioses nuevos, llegados de cerca, a los cuales sus padres no temieron.
Te has olvidado de la Roca que te procreó; te has olvidado del Dios que te hizo nacer.
“El SEÑOR lo vio, e indignado desdeñó a sus hijos y a sus hijas.
Entonces dijo: ‘Esconderé de ellos mi rostro y veré cuál será su final; porque son una generación perversa, hijos en quienes no hay fidelidad.
Ellos me provocaron a celos con lo que no es Dios; me indignaron con sus vanidades. También yo los provocaré a celos con uno que no es pueblo; con una nación insensata les causaré indignación.
Porque fuego se ha encendido en mi furor y arderá hasta el fondo del Seol. Devorará la tierra y sus frutos, e inflamará los fundamentos de las montañas.
Yo añadiré males sobre ellos; con mis flechas los acabaré.
Serán abatidos por el hambre, y consumidos por la fiebre ardiente y por la amarga plaga. Contra ellos enviaré dientes de fieras junto con el veneno de serpientes que se arrastran en el polvo.
Afuera desolará la espada y adentro el espanto, tanto a los jóvenes como a las vírgenes, al que mama y al hombre con canas.
Yo dije: Yo los dispersaría; haría cesar su memoria de entre los hombres,