Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 33:6-17 verso por verso
“¡Viva Rubén, y no muera! Y sean numerosos sus hombres”.
Esto dijo acerca de Judá: “Escucha, oh SEÑOR, la voz de Judá; tráelo a su pueblo. Sus manos le basten, y sé ayuda contra sus enemigos”.
Dijo acerca de Leví: “Dale a Leví tu Tumim y tu Urim a tu hombre piadoso al cual probaste en Masá, y con quien contendiste en las aguas de Meriba.
El que dijo de su padre y de su madre: ‘No los conozco’. No reconoció a sus hermanos ni conoció a sus propios hijos. Pues ellos guardaron tu palabra y observaron tu pacto.
Ellos enseñarán tus juicios a Jacob, y tu ley a Israel. Pondrán delante de ti el incienso y sobre tu altar la ofrenda del todo quemada.
¡Bendice, oh SEÑOR, lo que ellos hagan! ¡Recibe con agrado la obra de sus manos! Hiere las espaldas de sus enemigos y de los que lo aborrecen, de modo que no se levanten”.
Dijo acerca de Benjamín: “El amado del SEÑOR habitará confiado cerca de él. Él lo protegerá todo el día, y entre sus hombros morará”.
Dijo acerca de José: “Bendita del SEÑOR sea su tierra con lo mejor del cielo, con el rocío y con el océano que se extiende abajo,
con lo mejor que produce el sol, y con lo mejor que da la luna,
con lo principal de las montañas antiguas, con lo mejor de las colinas eternas,
con lo mejor de la tierra y de su plenitud, y el favor de aquel que moraba en la zarza. Que esto venga sobre la cabeza de José, y sobre la coronilla del príncipe de sus hermanos.
Él tiene el esplendor del primogénito del toro; sus cuernos son como los del toro salvaje. Con ellos embestirá a los pueblos hasta los confines de la tierra. ¡Estas son las miríadas de Efraín! ¡Estos son los millares de Manasés!”.