Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 4:28-37 verso por verso
Allí servirán a dioses de madera y de piedra, que no ven ni oyen ni comen ni huelen, hechos por manos de hombres.
Pero cuando desde allí busques al SEÑOR tu Dios, lo hallarás, si lo buscas con todo tu corazón y con toda tu alma.
En los postreros días, cuando estés en angustia y te sucedan todas estas cosas, volverás al SEÑOR tu Dios y obedecerás su voz.
Porque el SEÑOR tu Dios es Dios misericordioso; no te abandonará ni te destruirá ni se olvidará del pacto que juró a tus padres.
“Pues pregunta, por favor, a los días antiguos que te antecedieron, desde el día que Dios creó al hombre sobre la tierra, y desde un extremo del cielo hasta el otro, si se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o si se ha oído de otra como ella.
¿Existe otro pueblo que haya oído la voz de Dios hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, y que haya seguido viviendo?
¿O algún dios ha intentado venir y tomar un pueblo para sí de en medio de otro pueblo, con pruebas, señales, prodigios, guerra, mano poderosa, brazo extendido y grandes terrores, como todo lo que hizo por ustedes el SEÑOR su Dios en Egipto, ante sus propios ojos?
A ti se te ha mostrado esto para que sepas que el SEÑOR es Dios y que no hay otro aparte de él.
Desde los cielos te hizo oír su voz para enseñarte, y sobre la tierra te mostró su gran fuego. Tú has oído sus palabras de en medio del fuego.
Y por cuanto él amó a tus padres y escogió a sus descendientes después de ellos, te sacó de Egipto con su presencia, con su gran poder.