Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 6:10-25 verso por verso
“Sucederá que cuando el SEÑOR tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, con ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,
con casas llenas de todo bien que tú no llenaste, con cisternas cavadas que tú no cavaste, con viñas y olivares que tú no plantaste, y cuando hayas comido y te hayas saciado,
entonces ten cuidado; no sea que te olvides del SEÑOR que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
Al SEÑOR tu Dios temerás y a él servirás, y por su nombre jurarás.
No irán tras otros dioses, tras los dioses de los pueblos que están a su alrededor;
porque el SEÑOR tu Dios es un Dios celoso que está en medio de ti. No sea que se encienda el furor del SEÑOR tu Dios contra ti, y te destruya de la faz de la tierra.
“No pondrán a prueba al SEÑOR su Dios, como lo hicieron en Masá.
Guarden cuidadosamente los mandamientos del SEÑOR su Dios y sus testimonios y leyes que te ha mandado.
Harás lo recto y bueno ante los ojos del SEÑOR, a fin de que te vaya bien, y entres y tomes posesión de la buena tierra que el SEÑOR juró a tus padres;
para que él eche a todos tus enemigos de delante de ti, como el SEÑOR ha prometido.
“En el futuro, cuando tu hijo te pregunte diciendo: ‘¿Qué significan los testimonios, las leyes y los decretos que el SEÑOR nuestro Dios les mandó?’,
entonces responderás a tu hijo: ‘Nosotros éramos esclavos del faraón en Egipto, pero el SEÑOR nos sacó de Egipto con mano poderosa.
El SEÑOR hizo en Egipto señales y grandes prodigios contra el faraón y contra toda su familia, ante nuestros propios ojos.
Él nos sacó de allá para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres.
Y el SEÑOR nos mandó que pusiéramos por obra todas estas leyes y que temiéramos al SEÑOR nuestro Dios, para que nos fuera bien todos los días y para conservarnos la vida, como en el día de hoy.
Y será para nosotros justicia, si tenemos cuidado de poner por obra todos estos mandamientos delante del SEÑOR nuestro Dios, como él nos ha mandado.