Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 9:8-17 verso por verso
“Ustedes provocaron a ira al SEÑOR en Horeb, y el SEÑOR se airó tanto contra ustedes como para destruirlos.
Cuando subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del pacto que el SEÑOR hizo con ustedes, estuve en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua.
Y el SEÑOR me dio las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios. En ellas estaban todas las palabras que el SEÑOR les había hablado en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.
Sucedió que, al final de los cuarenta días y cuarenta noches, el SEÑOR me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto.
Y me dijo el SEÑOR: ‘Levántate, desciende pronto de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido. Se han apartado rápidamente del camino que yo les mandé, y se han hecho una imagen de fundición’.
“El SEÑOR me habló diciendo: ‘Yo he visto a este pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura cerviz.
Déjame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo, y de ti haré una nación más poderosa y numerosa que ellos’.
“Di vuelta y descendí del monte que ardía en fuego, con las dos tablas del pacto en mis dos manos.
Miré, y he aquí que habían pecado contra el SEÑOR su Dios. Se habían hecho un becerro de fundición, apartándose rápidamente del camino que el SEÑOR les había mandado.
Entonces tomé las dos tablas, las arrojé de mis dos manos y las rompí delante de sus ojos.