«padre de error», es posible que signifique también «padre de emigración».
Una joven de Sunem, en Isacar, de gran hermosura, cuidó del rey David en su vejez. El rey, empero, «nunca la conoció» (1 Reyes 1:4). Al morir él, Adonías, que ya había intentado arrebatar el trono para sí y había sido perdonado, la pidió, por medio de la reina madre, a Salomón, para que fuera su mujer. Salomón no solamente negó su petición, sino que lo hizo ejecutar, por implicar ello la pretensión al trono (1 Reyes 2:13-26). (Ver CANTAR)