El arco existía como arma ofensiva ya en tiempos de los patriarcas (Gn. 27:3; 48:22). Al principio era de madera, reforzándose después con ataduras. En tiempos posteriores los arcos estaban hechos de maderas finas y cuero. También se montaban sobre bronce (Jb. 20:24), y de cuerno, que se disponían en ocasiones en doble curva, imitando los cuernos de los bueyes. Las flechas estaban hechas generalmente de cañas livianas, con puntas de sílex, bronce o hierro. Los benjamitas, entre los hebreos, eran maestros en el uso del arco (Jue. 20).