En la economía rural del AT, el préstamo de dinero era considerado desfavorablemente, y se tenía que efectuar sin interés (Éx. 22:25; Lv. 25:37). Es por ello que se menciona en Neh. 5:3-4 el préstamo con garantías o hipotecario. En el NT vemos que el préstamo no quedaba limitado entre amigos, sino que había venido a ser una ocupación lucrativa. El banquero recibía dinero en depósito, y entregaba un interés (Lc. 19:23; Mt. 25:27). El cambio constituía una rama importante del comercio del dinero. Por una pequeña comisión, el cambista cambiaba las monedas; p. ej., las contribuciones al templo debían ser hechas en la moneda del templo, y no con dinero gentil. Para ello se tenían que cambiar los denarios romanos y las dracmas griegas por los siclos judíos (Mr. 11:15; Jn. 2:15). Véase PRÉSTAMOS.


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