Los antiguos griegos y romanos llamaban así a los extranjeros que no hablaban su lengua, al lado de la cual la de los otros les parecía ruda y desagradable (como «bar-bar»). En el Nuevo Testamento sólo significa «extranjero de lengua desconocida» (Ro. 1:14; 1 Co. 14:11; Hch. 28:2-4). Tiene el mismo sentido en Sal. 114:1.
Ha llegado a designar a los mismos griegos desde un punto de vista religioso. En un sentido más general, bárbaro significa inculto, rudo; así, por ejemplo, Ez. 21:31.