Sobrenombre de Juan, es considerado como el último profeta de la antigua Alianza. Según Lucas es hijo del sacerdote Zacarías, de la familia sacerdotal de Abías (Lc. 1:5; cfr. 1 Cr. 24:10); el nacimiento y la misión del Bautista son anunciados por Gabriel (Lc. 1:13-17); en la circuncisión se le da el nombre de Juan y su padre le ensalza como precursor del Mesías (Lc. 1:67-69). Mientras su padre se queda al servicio sacerdotal del Templo, Juan se marcha al desierto para predicar allí el bautismo para el perdón de los pecados (Lc. 3:3). Se citan como lugares de bautismo Betania (Jn. 1:28) y Enón junto a Salim (Jn. 3:23). Además de la predicación de arrepentimiento (Mt. 3:7-12; Lc. 3:7-9), se nos ha transmitido su predicación a las diferentes clases sociales (Lc. 3:10-14), su testimonio mesiánico y el bautismo de Jesús (Mr. 1:9 y paralelos). Él encamina a sus discípulos hacia Jesús, al que deben seguir por ser el más grande (Jn. 1:35 y ss). En Mr. 6:17-29 se narra la valentía con que el Bautista censura a Herodes Antipas por su adulterio, y cómo esto le conduce a morir decapitado (según Flavio Josefo, en la fortaleza de Maqueronte). Los discípulos de Juan solicitaron el cuerpo de su amado maestro y lo enterraron. Después de lo cual acudieron a Jesús para exponerle lo sucedido.