= «maldad» o «indignidad».
Se usa generalmente en la expresión «hijo de Belial», y quiere decir: «brusco», «perverso», «impío», «destruidor», según el contexto (1 S. 1:16; 25:25; 30:32; Sal. 18:4; Pr. 19:28; Nah. 2:1). Pablo lo nombra como personificación del mal (2 Co. 6:15).