Los bosques eran considerados como sitios predilectos para morada o manifestación divina. En un principio, se levantaron en algunos de ellos altares a Jehová (Gn. 13:18), pero posteriormente se asociaron exclusivamente con el culto pagano, por lo cual se ordenó a veces a los israelitas destruirlos junto con sus santuarios paganos (Éx. 34:13; Dt. 16:21).