Nombre latino del lugar donde crucificaron a Jesús (Lc. 23:33), no lejos de las murallas de Jerusalén, pero fuera del recinto de la ciudad (Jn. 19:17, 20; Mt. 27:33; Mr. 15:22; He. 13:12).
En el mismo lugar había un jardín privado y un sepulcro en que estuvo tendido el cuerpo de Jesucristo hasta su resurrección (Jn. 19:41, 42). La expresión «Monte Calvario» no tiene razón de peso que la apoye, si no es la que se implica en el nombre Gólgota, que bien pudo haberse dado a una ligera elevación con la forma de la parte superior de un cráneo, y la probabilidad de que tal lugar haya sido elegido para la crucifixión. Es muy dudoso que las verdaderas localidades del Calvario y del sepulcro sean las cubiertas por la actual «Iglesia del Santo Sepulcro», que es un vasto edificio hecho al norte del monte Sión, dentro de la ciudad moderna, construido en el sitio que se fijó en el año 335 d.C. por la emperatriz Elena, siguiendo en esto la tradición y atendiendo a un pretendido milagro.
La localización del Calvario que parece corresponder mejor a la descripción de los textos bíblicos es la del llamado «Calvario Gordon», por el arqueólogo que lo descubrió a mediados del siglo pasado. La gran mayoría de los estudiosos protestantes se adhieren a esta localización geográfica, ya que aclara los textos bíblicos, y además por el hecho de que la basílica que la madre de Constantino levantó fue edificada sobre las ruinas de un templo pagano.