El «campamento» era una expresión común para referirse a Israel en el desierto: el tabernáculo en el centro y las doce tribus, cada una en su lugar señalado, dispuestas a su alrededor constituían el campamento. Todo estaba ordenado por Dios, y cada tribu debía plantar sus tiendas en los lugares a ellas designadas (Nm. 2). Como sería de esperar, Moisés, Aarón, y los sacerdotes eran quienes estaban más cerca de la puerta del tabernáculo, y los levitas rodeaban los otros tres lados.

Ciertas impurezas excluían a quienes las contraían hasta que quedaban purificados, y muchas cosas tenían que ser llevadas afuera como indignas del lugar en medio del cual Dios moraba. Cuando el mismo campamento quedó contaminado por el becerro de oro, Moisés «tomó el tabernáculo, y lo levantó lejos, fuera del campamento, y lo llamó el Tabernáculo de la reunión». No se trataba realmente del Tabernáculo, porque no había sido todavía erigido entonces. La palabra significa «tienda», e indudablemente se trataba de una tienda que anticipaba el Tabernáculo, sacado significativamente fuera del campamento, para mostrar que la morada de Dios no podía estar donde estaba un ídolo, porque se añade, «y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento» (Éx. 33:7).

Los cuerpos de los animales cuya sangre era introducida en el santuario por parte del sumo sacerdote por el pecado eran quemados fuera del campamento (Éx. 29:14; Lv. 4:11, 12; He. 13:11). Con esto se relaciona el hecho de que Jesús también «padeció fuera de la puerta» ( de Jerusalén, que entonces respondía al campamento); sobre todo se basa la exhortación a los cristianos: «salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio» (He. 13:12, 13).

Todo el sistema religioso terreno adaptado al hombre natural, como el judaísmo de antaño, responde ahora al «campamento», que los cristianos están exhortados a abandonar. Los sistemas religiosos que tienen su lugar reconocido en el mundo se hallan en contraste con el carácter celestial y espiritual de la iglesia de Dios. El campamento de los santos y la ciudad amada en Ap. 20:9 se refiere a la nación de Israel en una escena que tiene lugar al final del milenio. No hay «campamento» para la iglesia en la tierra.


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