Muy pronto ya se dividió la Sagrada Escritura en partes según el sentido para su lectura en el culto. La mayoría de los manuscritos bíblicos en hebreo, griego y latín tienen divisiones en secciones.
La actual división en capítulos proviene, seguramente, de Esteban Langton (1206; entonces maestro en París; más tarde arzobispo de Canterbury).
La división del Nuevo Testamento en versículos es obra del impresor Roberto Estienne (Stephanus), quien la hizo en 1550 en un viaje de París a Lyon. No siempre es buena, y acusa las huellas de su origen: ser hecha durante un viaje; pero se introdujo rápidamente y por ello, por razones prácticas, se mantiene.