Los hebreos no distinguían entre las profesiones afines a la carpintería como los leñadores, ebanistas, entalladores. El oficio lo aprendieron, seguramente, en la cautividad en Egipto, a pesar de que durante el reinado de David y Salomón los profesionales de la ebanistería eran extranjeros, sobre todo fenicios que colaboraron en la construcción del Templo.
Los carpinteros construyeron el arca de la alianza, el Tabernáculo y diversas partes del Templo bajo la dirección de Bezaleel (Éx. 25:10; 31:1-11; 35:10-18; 36:1; 38:1; 2 S. 5:11; 1 Cr. 14:1; 2 Cr. 2:14).
José, el esposo de María, la madre de Jesús, fue «teknon», es decir, carpintero, y también Cristo tuvo este oficio (Mt. 13:55; Mr. 6:3).