(gr. «kimbalon»; 1 Co. 13:1).
Instrumento musical (2 S. 6:5; 1 Cr. 16:5).
El término hebreo viene de una raíz verbal, «salal», que significa retiñir, o resonar. Una de las formas hebreas de este nombre es dual, lo cual implica que el instrumento se componía de dos piezas. Se trata indudablemente de címbalos, como lo traduce también la LXX.
Se componía de dos discos cóncavos, de bronce (1 Cr. 15:19). Se golpeaban uno contra el otro; no producían melodía, sino que debían usarse como acompañamiento para otros instrumentos.
Había una gran variedad de tamaños, desde los que se tocaban con los dedos hasta los que precisaban de todo el esfuerzo de los brazos.
En 1 Co. 13:1 se usan como símil del que hace una gran exhibición de oratoria sin amor en su corazón.