Dios guió a Israel a través del desierto con una columna de nube durante el día y de fuego durante la noche. (Éx. 13:21, 22).
La columna de nube descendía y se ponía a la puerta del Tabernáculo cuando Moisés entraba al mismo, y Jehová hablaba con él (Éx. 33:7-11).