heb.: «Ra'moth». Esta sustancia era clasificada entre las más preciosas (Jb. 28:18). Los mercaderes arameos llevaban el coral a los mercados de Tiro (Ez. 27:16). Se extraía del Mediterráneo y del mar Rojo, y con él se fabricaban collares y amuletos. El coral es el esqueleto calcáreo de cienos pólipos. Se trata de zoófitos provistos de una boca con tentáculos. El pólipo fijado a la roca se multiplica y forma polímeras, análogas a pequeños árboles hechos de zoófitos medio separados y medio adheridos. El carbonato de calcio que constituye el esqueleto del coral proviene del agua. Con frecuencia, el coral adopta el aspecto de un hermoso árbol ramificado, o de un arbusto, de donde viene su nombre de zoófito (animal con el aspecto de una planta). Algunas especies llegan a formar grandes arrecifes. El heb. «peninim» parece más incierto. En Lm. 4:7 la versión Reina-Valera traduce «coral», junto con la mayor parte de las otras versiones. Algunos, sin embargo, traducen «rubíes»; la misma Reina-Valera traduce este término por «piedras preciosas» en Pr. 3:15.
Véase PIEDRAS PRECIOSAS.