Ciudad sobre el canal que divide el istmo del mismo nombre, en la divisoria entre el Peloponeso y la Hélade.
Era la capital de la provincia de Acaya.
Pablo visitó la ciudad fundada por Julio César un siglo después de la caída de una Corinto anterior en la misma localidad.
Era un gran centro de tráfico comercial en la ruta de Roma hacia Oriente. Era también rica y muy inmoral, tanto que para designar la manera licenciosa de vivir de sus habitantes, se acuñó el término «corintizar».
En su primera visita Pablo se detuvo allí dieciocho meses (52-53 d.C.), y desde allí escribió las dos epístolas a los Tesalonicenses.
Allí creció una iglesia, a la que Pablo escribió sus dos epístolas a los Corintios. Volvió a visitar Corinto en el año 58 d.C., permaneciendo allí tres meses (Hch. 20:2, 3), escribiendo entonces la Epístola a los Romanos. Los judíos tramaron un complot contra su vida, y dejó entonces la ciudad (Hch. 18:1, 11; 19:1; 1 Co. 1:2; 2 Co. 1:1, 23; 2 Ti. 4:20).
En tiempos de Pablo tenía de 700.000 a 800.000 habitantes, de los que 400.000 eran esclavos.