Creta es una gran isla a casi mitad de camino entre Siria y Malta, y al sureste de Grecia. Se identifica con la Caftor del AT, de donde procedían los filisteos (Jer. 47:4; Am. 9:7). (Véase CAFTOR, FILISTEOS).
Los romanos conquistaron Creta entre el año 68 y 66 a.C. Muchos judíos se instalaron en ella (Hch. 2:11; cp. 1 Mac. 15:19-23, Gortina estaba en Creta).
El cristianismo se introdujo tempranamente en ella. Tito se quedó en Creta encargado por Pablo de poner las cosas en orden, y de neutralizar las enseñanzas de los judaizantes (Tit. 1:5, 10, 14).
Los cretenses fueron famosos arqueros, pero sus vicios les hicieron proverbialmente famosos, como dice Pablo, citando a Epiménides: «Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones, ociosos» (Tit. 1:12).