Se menciona en el Antiguo y en el Nuevo Testamento.
Es un instrumento que sirve para limpiar el grano, separándolo de materias extrañas antes de molerlo.
Su mención (generalmente en sentido metafórico) tiene una enseñanza para los creyentes, al advertirles que así también serán separados los buenos de los malos (Is. 30:28; Am. 9:9; Mt. 3:12 y paralelos).