(a) (Heb. «querach», hielo: así se traduce con frecuencia).
La expansión sobre los seres vivientes de Ezequiel era «a manera de cristal maravilloso» (Ez. 1:22).
(b) (Gr. «krustallos».) Juan vio un mar de vidrio semejante al cristal (Ap. 4:6); la piedra de jaspe era «diáfana como el cristal»; y el agua de vida «resplandeciente como cristal» (Ap. 21:11; 22:1).
El vidrio antiguo podía ser «diáfano» en el sentido de no tener imperfecciones, sin haber sido transparente del todo.