La palabra «oreb», de una raíz que significa «ser negro», parece que se usa no solamente del cuervo común, sino también de las aves del mismo género («corvus»), como el grajo, la corneja, etc., porque leemos de «todo cuervo según su especie» en la clasificación de animales inmundos (Lv. 11:15; Dt. 14:14).
El cuervo, al salir del arca de Noé, pudo indudablemente hallar alimentos (aunque la paloma no pudo), porque se alimentaba de carroña (Gn. 8:7).
Que cuervos carnívoros llevaran comida así como pan a Elías constituye evidencia del poder de Dios; los usó para alimentar a Su siervo (1 R. 17:4, 6).
Son comilones ávidos, y no tienen ni despensa ni granero, pero Dios los alimenta, y ciertamente alimentará a aquellos que confían en Él (Jb. 38:41; Sal. 147:9; Pr. 30:17; Cnt. 5:11; Is. 34:11; Lc. 12:24).
Son varias las especies de cuervo en Palestina: Pertenece al orden «Insessores», familia «Corvidae».