Uno de los pecados más extendidos de la humanidad.
La primera mención es la de Noé.
Su grave carácter queda patente en el NT, donde el que se da a la bebida queda clasificado con los fornicarios, ladrones, idólatras, etc., y la declaración de que los borrachos no heredarán el reino de Dios. Esto, naturalmente, no cierra el camino a su entrada en el reino de Dios por el arrepentimiento y la fe en Cristo. (Véase VINO).