Como raza, los escitas estaban situados al norte de los mares Caspio y Negro. Los antiguos los consideraban como muy inferiores en inteligencia y cultura.
Esta palabra, asociada con el término «bárbaro», denota a una persona ínfimamente instruida (Col. 3:11). Pero en la gracia de Dios, todos tienen la misma recepción: «En Cristo» todas las distinciones se desvanecen.