«Dios es ayuda».
Hijo de Seraías y descendiente de Aarón, sacerdote y escriba. Estaba entre los cautivos en Babilonia, y a su petición se le permitió el retorno para visitar Palestina. «Había preparado su corazón para escudriñar la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar a Israel sus estatutos y decretos» (Esd. 7:10). Por decreto del rey Artajerjes, se dio autoridad a Esdras para reorganizar sobre la base de la ley de Moisés la comunidad judía retornada a Judea y Jerusalén después del exilio babilónico (Esd. 7:11-26). En base al anterior decreto se devolvieron también los utensilios del templo y se le entregó a Esdras plata y oro de los tesoros del rey. Se confió a Dios, no pidiendo escolta para el viaje (Esd. 8:21-23). Reprendió a los retornados al descubrir los numerosos matrimonios de judíos con mujeres paganas, y logrando la anulación de éstos (Esd. 9:1-10:44). Doce años más tarde volvió a visitar Jerusalén, enseñando públicamente la Ley (Neh. 9:1-9), y presidiendo la celebración de la fiesta de los tabernáculos, con un esplendor como no se había conocido desde la época de Josué (Neh. 8:17-18). Después de esto las Escrituras guardan silencio acerca de Esdras. Josefo dice que murió en Jerusalén a una edad avanzada.