El segundo libro del Pentateuco.
En los textos hebreos, el título del libro lo dan las primeras palabras: «Éstos son los nombres.» No es sin razón que la traducción griega da al libro el nombre de Éxodo, porque relata la salida de Egipto, tan decisiva en la historia de Israel.
Éxodo puede dividirse en tres secciones principales:
(a) En Egipto (Éx. 1-12:36).
Pasa mucho tiempo entre la llegada de Jacob a Egipto y los hechos en que se centra el libro, pero solamente se hace una breve alusión acerca del aumento en número de los hebreos después de la muerte de José (Éx. 1:7).
Del versículo 8 en adelante se relatan los sufrimientos de los oprimidos israelitas.
Los capítulos 2 a 4 relatan el nacimiento de Moisés, y su juventud y llamamiento.
Desde el 5 al 12:36 tenemos la lucha contra Faraón, las 10 plagas y, en relación con la última plaga, el relato de la institución de la Pascua.
(b) Peregrinación desde Egipto a Sinaí (Éx. 12:37-19:2).
En Éx. 12:37-42 tenemos a los israelitas abandonando la ciudad de Ramesés;
Éx. 12:43-51: prescripciones sobre la Pascua y condiciones bajo las que los extranjeros podrán tomar parte;
Éx. 13:1-16: orden de consagrar a los primogénitos y celebración futura de la fiesta de los panes sin levadura en relación con la Pascua;
Éx. 14: travesía del mar Muerto;
Éx. 15:1-21: cántico de liberación;
Éx. 15:22-16:36: episodios de las aguas amargas en Mara, del maná, de las codornices;
Éx. 17-18: la detención en Refidim, el agua brotando de la roca de Horeb, la victoria sobre Amalec, la visita de Jetro.
(c) Llegada y estancia prolongada en el Sinaí (Éx. 19 1-40 38);
la partida de Sinaí se menciona en Nm. 10:11.
El establecimiento de la teocracia se basa en el pacto con Jehová y comporta la obediencia a sus órdenes (Éx. 19:3-6);
los ancianos y el pueblo prometieron observar esta condición (Éx. 19:7-8).
Promulgación de los 10 mandamientos y de las leyes secundarias consignadas en el Libro del Pacto (Éx. 20-23; 24:4; para el análisis y el contenido de estas leyes, véase TEOCRACIA).
La ratificación del pacto por parte del pueblo (Éx. 24:1-8),
y comida de confirmación entre las partes pactantes (Éx. 9:11).
Moisés en el monte Sinaí:
prescripciones para la construcción del tabernáculo y de su mobiliario y utensilios,
las dos tablas de piedra (Éx. 24:12-31:18; para los detalles, véase TABERNÁCULO).
El becerro de oro (Éx. 32-33).
Segunda estancia de Moisés en el monte;
se resumen las leyes acerca de la renovación del pacto, y acompañadas de apremiantes exhortaciones (Éx. 34).
Construcción y montaje del tabernáculo (Éx. 35-40).
Para las cuestiones de paternidad, fecha, redacción y autenticidad, véase PENTATEUCO.
MENSAJE ESPIRITUAL.
Según 1 Co. 10:1-6, 11 y Ro. 15:4, las experiencias de Israel son ejemplos escritos ya con el propósito de nuestra instrucción. El Éxodo es por excelencia el libro de la redención. El pueblo de Dios se halla cautivo, caído, esclavizado e impotente. Dios interviene, y suscita a Moisés como liberador; arranca al pueblo de la tiranía de Faraón, salvándolo del destructor mediante el sacrificio del cordero pascual, le revela su ley y le otorga su presencia permanente en el tabernáculo. De la misma manera, nosotros somos seres caídos, cautivos, lejos del paraíso, sometidos a la esclavitud del príncipe de este mundo. Dios nos envía al Salvador, cuya muerte nos libera y nos saca del mundo; nos lleva a Sí, y por su Espíritu pone su ley y presencia en nuestros corazones.
Pocos libros del AT son más cristocéntricos que el Éxodo. Está repleto de tipos y de imágenes que preanuncian la persona y la obra de Cristo.
Moisés prefigura al Hijo que sería puesto sobre toda la casa de Dios (He. 3:1-6). Cristo mismo es «nuestra Pascua», el cordero inmolado por nuestra salvación (1 Co. 5:6-8; Jn. 1:29).
El paso del mar Rojo representa la liberación del cristiano del poder de Satanás mediante la muerte y resurrección del Señor Jesús (He. 2:14).
El maná es el tipo del Pan viviente que bajó del cielo (Éx. 16; Jn. 6:31-34 ss).
La roca golpeada de la que brotó agua «era Cristo» (Éx. 17:1-7; 1 Co. 10:4).
El culto mosaico, los sacrificios y las diversas partes del tabernáculo, todo ello, era «figura y sombra de las cosas celestiales» (He. 8:4-5; 9:23-24, etc.).
Finalmente, Aarón prefigura a nuestro único y perfecto sumo sacerdote (He. 7:11-28), del que Melquisedec parece haber sido una aparición anticipada (He. 7:1-11).
Recapitulando, se pueden citar los temas de extrema importancia que conocemos esencialmente gracias al libro del Éxodo: preparación, intervención e intercesión de Moisés; las 10 plagas; la Pascua; el paso del Mar Rojo; el maná; la roca de Horeb; el Sinaí; las dos primeras tablas de la ley; el becerro de oro; el tabernáculo. Estos temas son retomados una y otra vez y confirmados por el resto de las Escrituras. Constituyen un tema digno de un estudio profundo e inteligente por parte del creyente.
Bibliografía:
Sir R. Anderson: «The Gospel and its Ministry» (Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan, 1982),
Sir R. Anderson: «Rendemption Truths» (Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan, 1982),
Anónimo: «El significado espiritual del tabernáculo, del sacerdocio levítico y de las ofrendas del pueblo de Israel» (Editorial Las Buenas Nuevas, Montebello, California, s/f);
C. H. Mackintosh: «Éxodo» (Editorial Las Buenas Nuevas, Montebello, California, 1960);
G. Wagner: «Practical Truths from Israel's Wanderings» (Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan, 1982).