(en egipcio: «casa grande»).
Título del rey de Egipto; se empleaba con o sin el nombre del soberano. En base al estudio crítico de Courville (ver Bibliografía en EGIPTO), se pueden ofrecer las siguientes identificaciones de los que reinaban en tiempos de José, de la opresión, y del éxodo. Se debe tener presente que el estudio de Courville representa una revisión a fondo de las cronologías generalmente admitidas como ciertas, pero que adolecen de graves fallos y anacronismos; la cronología revisada, por otra parte, llega a una sistemática coherencia con los monumentos, inscripciones y documentos egipcios, por una parte, y con las Escrituras por la otra.
(a) El Faraón que elevó a José al rango de visir (cp. Gn. 40-47) es identificado, en base a la cronología revisada, con Sesostris I. Entre otras razones que apoyan esta identificación se halla una inscripción de uno de sus gobernadores afirmando su administración prudente del grano previamente recolectado y guardado en previsión de un hambre que tenía que venir (Courville, vol. I, p. 134), además de otra inscripción, de Bebi, que Courville documenta como contemporánea a la anterior (aprox. 1638-1593 a.C.).
(b) Ello concuerda con el hecho de que el faraón «que no conocía a José» (cp. Éx. 1:8) sería Sesostris III. Este faraón emprendió un gran proyecto de construcciones en la región del Delta del Nilo. Estas construcciones eran de ladrillo, y no de piedra, según documenta Breasted («History of Egypt», pp. 196, 198) (cp. Éx. 1:14). Casi todos los reyes de esta dinastía (la XII) usaron ladrillo en la construcción de sus pirámides. Y Josefo dice que los israelitas construyeron pirámides para los egipcios (Ant. 2:9, 1). Tanto él como su sucesor Amenemhet III centraron sus actividades de construcción en el Delta, la tierra de Gosén. Es en esta área que han sido localizadas las ciudades de Pitón y de Pi-Rameses. Aunque la mayor parte de los restos de estas ciudades se atribuyeron a Ramsés II, ver sin embargo el apartado dedicado a dicho monarca. Por otra parte, Sesostris III tenía como uno de sus nombres alternativos el de Ramessesos, y su sucesor Amenemhet III el de Ramessemeno. Estos, junto con Ramesse, fueron los faraones de la opresión. Hubo, sin embargo, un cambio de dinastía. Ramesse fue el primer faraón de la dinastía XIII, el último faraón de la opresión, y Koncharis el faraón del éxodo.
Hay a continuación del éxodo un largo silencio acerca de Egipto en la Biblia. No se menciona a ningún faraón hasta el reinado de Salomón (1 R. 3:1). Este período es de difícil explicación si se acepta la cronología comúnmente aceptada para la historia de Egipto, por cuanto monarcas como Ramsés II y Merneptah habrían sido coetáneos de Aod y Barak respectivamente. Sin embargo, no hay concordancia alguna entre la ausencia total de Egipto en la época de los jueces y las victorias de Merneptah sobre Israel en su Estela de la Victoria. No obstante, la documentada identificación de los amalecitas con los hicsos (Courville, vol. I, pp 227-241; Velikovsky, pp 55-101) da la clave de este silencio. El depredador imperio de los hicsos, que logró el dominio de Egipto sin hallar resistencia (Josefo: «Contra Apión»: 1:14), tuvo su inicio con un Egipto postrado por las diez plagas, la destrucción del ejército y la muerte del faraón reinante, con lo que el país habría quedado sumido en un estado de confusión (véanse EGIPTO y ÉXODO). La batalla en Refidim entre los israelitas que salían de Egipto y los amalecitas, que entraron (cp. Éx. 17:8-16) es el punto clave que sitúa el inicio del imperio hicso en Egipto. Su final queda también marcado en las Escrituras con la derrota de los amalecitas por parte de Saúl (1 S. 15), después de haber sido expulsados de Egipto por Amhose I (alrededor del año 1025 a.C.).
(c) Sisac es el primero de los faraones que es mencionado en la Biblia con nombre propio (1 R. 14:25, 26; 2 Cr. 12:2-9). Generalmente se identifica con Sesonk I. Sin embargo, Courville documenta que Sesonk I pertenecía a una dinastía posterior, durante el dominio asirio de Egipto (Courville, vol. I, pp. 252-265; vol. II, pp. 104-106). La anterior identificación de los amalecitas con los hicsos, y de su destrucción bajo Saúl con su expulsión bajo Amhose I (1.025-1.000 a.C.) permite la identificación de Sisac con Tutmose III (928-903 a.C.). El Nuevo Imperio subió con él a la cima de su poder, consiguiéndose la posesión de Palestina y de los territorios al este y al norte del Éufrates. Tutmose III dio una inscripción con la lista de las ciudades conquistadas de Palestina, y una representación de los utensilios y tesoros del templo de Jerusalén (Velikovsky, PP. 144-177).
(d) So (2 R. 17:4) se identifica con Ramsés II (793-726 a.C.), hacia la época tardía de su reinado, tras un largo proceso de decadencia. Su nombre de trono era Ra-user-Maat-Sotepen-Ra. Emprendió la reconstrucción de las ciudades del Delta, que habían quedado destruidas en las campañas de Ahmose I contra los hicsos. En estas reconstrucciones hizo inscribir su nombre con gran profusión (Courville, vol. I, PP. 116-118; Wright, «Biblical Archaeology», p. 60).
(e) Para Tirhaca (2 R. 19:9); Necao (2 R. 23:29-34) y Hofra (Jer. 44:30), véase EGIPTO, (a) C.
Otros faraones mencionados en la Biblia son:
(f) El faraón que, creyendo a Sara hermana de Abraham, la tomó para su harén. Dios intervino antes de que se produjera nada irreparable (Gn. 12:15-20).
(g) El faraón cuya hija Bitia se casó con Mered (1 Cr. 4:18).
(h) El faraón cuya hija se casó con Salomón, Tutmose I (987-967 a.C.). Este faraón conquistó e incendió la ciudad de Gezer en Canaán (1 R. 3:1; 7:8, etc.; 1 R. 9:16), dándola como dote a su hija.
(i) El faraón que dio hospitalidad a Hadad cuando huyó de Salomón, dándole su cuñada como esposa (1 R. 11:14-22). (Seguramente Tutmose III, ver c.)