Ciudad de Tracia, en la Macedonia oriental. Anteriormente «Krenides»,
Filipo II, el padre de Alejandro Magno, la conquistó, fortificándola y dándole su nombre (356 a.C.).
Fue la primera ciudad de Europa visitada por Pablo (52 d.C.). Su predicación tuvo como resultado la conversión de Lidia y de otros. Al echar de una joven un espíritu de pitón se ocasionó un tumulto; Pablo y Silas fueron azotados y echados a la cárcel, esto llevó a la conversión del carcelero (Hch. 16:12-40).
Pablo volvió a visitar esta ciudad poco después (Hch. 20:6).
Filipos se hallaba en el interior, a unos 16 Km. al noroeste de Neápolis. Una cadena de montes separaba ambas ciudades; para ir de una a otra se tenía que pasar por un puerto de montaña de 487 m. por encima del nivel del mar.
Al principio, Filipos ocupaba una pequeña eminencia en medio de la llanura. La ciudad se llama hoy Kavalla, y todo lo que queda de la ciudad antigua es una gran cantidad de ruinas.