(gr. «Galilaia», heb. «Gãlîl», «círculo», región, distrito).
Originalmente se trataba del país montañoso de Neftalí (2 R. 15:29; 1 Cr. 6:76).
Las 20 localidades de poca importancia que Salomón dio a Hiram se hallaban en Galilea (1 R. 9:11). Muchos cananeos se quedaron en este país (Jue. 1:30-33; 4:2).
La expresión «Galilea de los gentiles» o de las «naciones» implica que la mayor parte de la población de esta región no era de raza judía (Is. 9:1; cp. 1 Mac. 5:15 y Mt. 4:15).
El término Galilea fue denotando una región progresivamente mayor, extendiéndose desde el sur hasta la llanura de Esdraelón (1 Mac. 5:55; 10:30; 12:47, 49).
Una gran cantidad de sus habitantes fueron deportados, particularmente por los asirios (2 R. 15:29).
Los judíos que se establecieron en Galilea después del retorno del exilio fueron llevados a Judea por Simón Macabeo, hacia el año 164 a.C. (1 Mac. 5:23); pero, poco después, formó parte del reino de Herodes el Grande; a su muerte, quedó bajo el cetro del tetrarca Herodes. Galilea era la más septentrional de las tres provincias situadas al oeste del Jordán (si se omite Fenicia); estas provincias se corresponden con la división administrativa romana.
El distrito se dividía en Alta y Baja Galilea. Las dos Galileas contaban con 240 ciudades y pueblos (Josefo, Vida, 45). La mezcla de razas en Galilea había producido un acento peculiar (Mr. 14:70; Lc. 22:59; cp. Hch. 2:7).
Se pretendía que de Galilea no salían profetas. Sin embargo, casi todos los apóstoles del Señor Jesús eran galileos; el mismo Señor, aunque nacido en Belén en Judea, se había criado en Galilea (Jn. 7:41, 52). Allí ejerció la mayor parte de su ministerio, tanto en los confines orientales del mar de Galilea como en el interior del país, Corazín, Betsaida, Capernaum, Naín, Caná y Nazaret.
Galilea tiene algo más de 96 Km. de longitud norte-sur y unos 40 de anchura. Es un país accidentado, con montañas y fértiles valles. Los paisajes son pintorescos.
La Baja Galilea es rica en cereales; ninguna de sus montañas sobrepasa los 564 m. Las cumbres de la Alta Galilea oscilan entre los 609 y los 1.219 m.