En el hebreo antiguo no existía una sola palabra para designar a este animal doméstico. La circunlocución «ceñido de lomos», o también «el nivel de los riñones rápidos» (Pr. 30:31), eran las más usadas para designarlo.
Fue introducida en Palestina en tiempos de Salomón (1 R. 10:22).
En Jb. 38:36 aparece como el anunciador del alba, y también en el Nuevo Testamento se habla de la gallina que reúne sus pollitos bajo sus alas, como símbolo de amor y cuidado maternales que Dios brinda a los suyos (Mt. 23:37).