Con el hebreo «nes» (ave de paso que anida sobre las rocas elevadas) se aludiría al halcón.
En Palestina existen el cernícalo y el halcón encarnado.
Hölscher quiere interpretar Cr. 3:16 («dominador de los animales») como alusión a los halcones de caza adiestrados.
En Lv. 11:16 y Dt. 14:15 aparece el halcón entre los animales impuros.