Quinto libro del NT.

Este título general, que data del siglo II, no significa que este libro narre todos los hechos y gestas de los apóstoles. El objeto del libro es el de mostrar la expansión del cristianismo entre los paganos, expansión en la que los apóstoles fueron los instrumentos bajo la dirección del Espíritu Santo. En vanguardia se hallan al principio Pedro, y después Pablo. Pero los apóstoles son frecuentemente presentados como un cuerpo ejecutivo (Hch. 1:23-26; 2:42; 4:33; 5:12, 29; 6:2; 8:1, 14; 15:6-23).

El libro va dedicado a un hombre llamado Teófilo, evidentemente un prominente cristiano procedente de la gentilidad. El autor cita una relación que había escrito anteriormente de la vida y de las enseñanzas de Cristo. No puede referirse a otra cosa más que al tercer Evangelio. Razones:

(a) Este Evangelio se dirige también a Teófilo.

(b) Tiene como tema la vida y doctrina de Cristo hasta su ascensión (Lc. 24:51).

(c) Al presentar el ministerio de Cristo, insiste en su misión universal, que también ocupa la perspectiva del autor de Hechos.

(d) El vocabulario de ambos libros presenta numerosas analogías. Aunque el autor no da su nombre en ninguna de ambas obras, emplea la primera persona plural en ciertos pasajes que relatan los viajes de Pablo (Hch. 16:10-17; 20:5-21:18; 27:1-28:16). Ello indica asimismo que fue su acompañante. Durante el segundo viaje del apóstol, se reunió con él en Troas y lo acompañó hasta Filipos. Y fue en esta misma ciudad que volvió a unirse a él en su tercer viaje. Fue con él a Jerusalén, y lo acompañó de Cesarea a Roma. Las tradiciones más antiguas de la época inmediatamente posterior a la de los apóstoles atribuyen el tercer Evangelio y Hechos a Lucas. Las alusiones a Lucas en las epístolas de Pablo concuerdan con lo que se dice en Hechos de sus viajes. No podemos decir de ningún amigo de Pablo que lo acompañara con tanta fidelidad. Col. 4:14 y Flm. 24 nos hacen ver que Lucas estaba con Pablo en Roma. Las epístolas redactadas en las épocas en las que, según Hechos, Lucas no estaba con Pablo, no lo mencionan. Además, la utilización de términos médicos (cfr. Hobart, «La langue médicale de St. Luc»), el estilo clásico, todo ello junto al manifiesto conocimiento que se evidencia del mundo grecorromano, tanto en su organización política como legislativa, militar y cultural, dan evidencia de que el autor estaba bien instruido, como corresponde a un médico. Así, se puede aceptar sin dudas de ninguna especie que Lucas fue el autor del tercer Evangelio y de Hechos.

El objeto del libro de los Hechos ya ha sido mencionado. El cap. 1 relata los últimos encuentros del Señor Jesús con sus discípulos durante los cuarenta días, su promesa del Espíritu Santo, su orden de anunciar el Evangelio a todo el mundo (Hch. 1:8), su ascensión, y los hechos de sus discípulos hasta Pentecostés. Tenemos a continuación la historia de la iglesia de Jerusalén con posterioridad a Pentecostés, describiéndose ciertos hechos característicos (Hch. 2:1-8:3): las primeras conversiones, la primera oposición, el primer acto de disciplina eclesiástica, el primer mártir. Cada uno de estos relatos es seguido de una breve exposición de la situación de la iglesia posterior a estos hechos (cfr. Hch. 2:41-47; 4:23-37; 5:11-16, 41, 42; 6:7; 8:1-3). En estos episodios, Pedro tiene un papel destacado, hasta el primer mártir, Esteban, que introduce el siguiente período. Después tenemos un relato de la transformación de la iglesia en iglesia misionera, ofreciendo la salvación a todos los hombres, únicamente por la fe en Jesucristo (Hch. 8:4-12:25). Esta sección de Hechos describe cinco acontecimientos importantes:

(a) La obra de Felipe en Samaria y la conversión del funcionario etíope (Hch. 8:4-40).

(b) La conversión de Saulo y sus primeras predicaciones (Hch. 9:1-30).

(c) La actividad misionera de Pedro, en Siria, que llevó a la conversión de Cornelio dando a la iglesia la certidumbre de que el Evangelio era también para los gentiles (Hch. 9:31-11:18).

(d) La fundación de un nuevo centro de expansión entre los gentiles, la Iglesia de Antioquía compuesta mayormente de cristianos surgidos de la gentilidad (Hch. 11:19-30).

(e) La persecución desatada por Herodes, por la cual las autoridades políticas rechazan el cristianismo de una manera definitiva (Hch. 12).

A continuación se da el relato del establecimiento de la fe cristiana en los principales centros del imperio, sobre todo por acción de Pablo (Hch. 13), hasta el final del libro de los Hechos.

Esto tiene lugar en el curso de tres grandes viajes.

El primero a Chipre y al interior de Asia Menor (Hch. 13-14), que lleva al Concilio de Jerusalén, en el que reconoce de manera formal la posición de los gentiles procedentes del paganismo en el seno de la iglesia, no sometidos ni a la circuncisión ni a la observancia de la Ley, fuera de unas cosas necesarias que sí están obligados a guardar (Hch. 15:19, 20, 23-29).

El segundo viaje llevó a Pablo a Macedonia y a Grecia (Hch. 18:23-20:3), finalizando en la última visita de Pablo a Jerusalén (Hch. 20:4-21:26), donde fue arrestado. Sigue su propia defensa ante los judíos, ante Félix, Festo, Agripa, y sus dos años de cautiverio en Cesarea (Hch. 21:27-26:32), después de lo cual fue enviado a Roma, a causa de haber apelado a César (Hch. 27:1-28:16). Anunció el Evangelio durante dos años en la ciudad imperial (Hch. 28:17-31).

Muchos piensan que Hechos fue escrito al final de estos «dos años», esto es, en el año 63 d.C. Otros opinan que Lucas se detiene aquí porque éste había cumplido su propósito al escribir este libro: mostrar al apóstol llevando el Evangelio hasta Roma. O quizá porque tuviera la intención de escribir otro libro en el que relatar los sucesos acontecidos con posterioridad. En este caso se podría situar la redacción de Hechos algunos años más tarde.

Las investigaciones modernas han dado evidencia de la notable exactitud histórica de Hechos. La concordancia, que había sido muy debatida, entre Hechos y las Epístolas de Pablo ha sido vindicada con éxito. El libro de Hechos ha sido escrito por un literato de gran talento, que provee los datos que explican la rápida expansión del cristianismo durante los treinta y tres años que siguieron a la comisión de Cristo a los apóstoles.

Véanse CANON, MANUSCRITOS BÍBLICOS, LUCAS, PABLO, PEDRO y las respectivas bibliografías.

Bibliografía:

Hester, H. I.: «Introducción al estudio del Nuevo Testamento» (Casa Bautista de Publicaciones, El Paso, 1974);

Ladd, G. E.: «Hechos», en El comentario bíblico Moody del Nuevo Testamento (Ed. Moody, Chicago, 1965/71);

Tenney, M. C.: «Nuestro Nuevo Testamento» (Ed. Moody, Chicago, 1973);

Ryrie, C. C.: «Los Hechos de los Apóstoles» (Pub. Portavoz Evangélico, Barcelona, 1981).


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