(heb. «kabëd», «pesado», se refiere a la condición que tiene de ser la víscera más pesada).
Órgano vital, mencionado con frecuencia en las normas sacrificiales (Éx. 29:13, 22; Lv. 3:4; 4:9; 10:15, etc.).
El hígado les servía a los paganos para la adivinación (véase ADIVINACIÓN, cfr. Ez. 21:21).
Como otras personas de la antigüedad, los judíos situaban el hígado más cerca del asiento de la vida que nosotros, empleando este término allí donde nosotros hablaríamos de «corazón» (Pr. 7:23; Lm. 2:11: «Mi hígado se derramó por tierra»).