«destrucción».
Era la ciudad que llevaba el nombre de Sefat (Jue. 1:17) y que, después de su destrucción, vino a llevar el nombre de Horma.
Se encuentra hacia el sur, en los límites de Edom, cerca de Siclag.
Los israelitas, carentes de fe, pero llenos de presunción, se dirigieron desde Cades hacia Canaán. Los amalecitas y cananeos los derrotaron y persiguieron hasta Horma. De hecho, este territorio no recibió este nombre hasta 38 años más tarde, después de haber sido dedicado el anatema (Nm. 14:45; Dt. 1:44). Los cananeos volvieron después a atacar a los israelitas, acampados en esta región, e hicieron éstos voto a Jehová de destruir las ciudades de los cananeos si les era dada la victoria; la región destruida lleva desde entonces el nombre de Horma, esto es, exterminación (Nm. 21:1-3).
Horma fue atribuida a Judá, y después pasó a Simeón (Jos. 15:30; 19:4; 1 Cr. 4:30).
David envió a sus amigos en Horma una parte del botín de Siclag (1 S. 30:30), en reconocimiento de la hospitalidad que le habían brindado mientras era un proscrito.
Horma probablemente se identifique con Tell es-Seba (también llamado Tell al-Mshãsh) a casi 5 Km. al este de Beerseba.