(gr. «hyakinthos»).
En la Biblia denota una piedra preciosa de un color intensamente púrpura.
En Ap. 9:17 los jinetes tienen corazas de fuego, jacinto (cf. RVR 77) y azufre.
El jacinto constituye el undécimo fundamento de la Jerusalén celestial (Ap. 21:20).
También aparece en varios pasajes del AT en la LXX, en Éx. 28:19; 39:12, formando parte de la tercera hilera del pectoral del sumo sacerdote. En Est. 1:6, en una exhibición de lujo del monarca de Persia.
Véase PIEDRAS PRECIOSAS.