(a) LENGUAJE FIGURADO.

En la Biblia, como en el lenguaje ordinario, se usan metáforas y figuras de lenguaje para expresar conceptos abstractos que escapan a los sentidos. Un ejemplo en el lenguaje ordinario es cuando hablamos de «sentimientos elevados» o de «pensamientos bajos». Estas expresiones posicionales tomadas del mundo de lo físico sirven para calificar algo que no tiene posiciones, pero con lo que expresamos sus cualidades de una manera comprensible. Es de señalar que estos usos del lenguaje son para clarificar y no para oscurecer. Son numerosas las figuras de lenguaje usadas en la Biblia, procedentes de la vida diaria y de la naturaleza. El Señor usó intensamente el lenguaje figurado en sus parábolas. Pablo también lo usa en diversas ocasiones, como en el famoso pasaje de la armadura cristiana (Ef. 6:11-17). En el Sermón del Monte, el Señor Jesús, usa una serie de vívidas imágenes de lenguaje figurado: «hambre y sed de justicia»; «limpio corazón»; «sois la sal de la tierra»; «sois la luz del mundo», etc. (Mt. 5).

(b) LENGUAJE

Lengua en sentido propio (Éx. 11:7; Stg. 3:6; Jb. 29:10, etc.). La lengua es asimismo un modo de expresión, el lenguaje (Gn. 10:5; Hch. 2:8). Durante mucho tiempo después del Diluvio, los descendientes de Noé hablaban todos en el mismo lenguaje (Gn. 11:1). El juicio que cayó sobre los hombres en Babel llevó a la confusión de su lenguaje y a su dispersión sobre toda la tierra (vv. 2-9). (Véase BABEL.) Los descendientes de Noé empezaron a hablar distintas lenguas y dialectos. Los pueblos surgidos de Jafet dieron origen al grupo de lenguas indoeuropeas (Gn. 10:25), que entre otras comprenden: el sánscrito, el pracrit, y las lenguas neohindúes; los lenguajes de Irán; el griego antiguo y sus derivados modernos; las lenguas itálicas y románicas, celtas, germánicas, leto-eslávicas; armenio, albanés. Los semitas iniciaron los distintos dialectos semíticos (vv. 21-31), entre otros el acádico, incluyendo el babilonio y asirio, el arameo (v. 22), el hebreo, el etiópico (véase SEMITA). Los descendientes de Cam dieron origen a todo el grupo de lenguas camitas. (Véase Bibliografía en BABEL, especialmente el trabajo de A. C. Custance.)


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