(heb.: «arnebeth», ár.: «ernebah»; la LXX traduce este término como liebre).
Prohibida como impura por la legislación levítica, «porque rumia, pero no tiene pezuña» (Lv. 11:6; Dt. 14:7). En muchas obras de referencia se ha mantenido que esta afirmación no es cierta, por cuanto no tiene estómago de rumiantes. Se ha aducido por ello, con frecuencia, que «el autor sagrado se adapta aquí a las concepciones populares de su tiempo». Sin embargo, posteriores investigaciones han mostrado que, aun cuando ciertamente la liebre no tiene un estómago de cuatro compartimentos, sí que, no obstante, rumia su alimento. Hay un proceso de regurgitación de aquella parte de los alimentos que el estómago no puede digerir en una fase; así, la liebre realmente vuelve a masticar comida previamente tragada. (Schulze, «The Ruminating Hare», Bible-Science Newsletter, VIII, Ene. 1970, p. 6).
En Palestina, la liebre común («Lepus siriacus») tiene alrededor de 5 cm. menos de longitud que la liebre europea («L. europeus») y tiene las orejas algo más cortas; infesta los lugares arbolados y cultivados. La liebre común de la Judea meridional y del valle del Jordán (L. «jueae» de Gray) tiene orejas muy largas y el pelaje leonado claro.