Persona desprovista de inteligencia o de sabiduría (1 S. 21:13; Pr. 7:22; 2 Co. 11:16).

El término necio designa particularmente al pecador, implicando la falta de conocimiento de Dios que se revela ante todo en los malvados (Jb. 5:2; Pr. 14:9). Cuanto más talento se haya recibido, tanta más responsabilidad se tiene; el que usa sus dotes para fines malos es un necio (1 S. 26:21; 2 S. 3:33; Sal. 14:1; cfr. Sal. 14:2, 3, etc.; Pr. 26:10; Mt. 5:22). El que se aparta de Dios para seguir ídolos y sus maldades es un necio (Jer. 4:22; 50:38; Ro. 1:22).

Para las personas del mundo, son los creyentes los que son unos necios (Os. 9:7; Hch. 26:24; 1 Co. 4:10). Ello no ha de sorprender, por cuanto el mismo Cristo fue tratado de esta manera (Jn. 10:20; Mr. 3:21). Por ello, «si alguno entre vosotros se cree sabio en este siglo, hágase ignorante, para que llegue a ser sabio» (1 Co. 3:18). (Véanse FILOSOFÍA, GRECIA, SABIDURÍA.)


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