Pl. de «ostrakón» (gr.; originalmente significa «concha de ostra»; más tarde pasó a designar «fragmento de tiesto»).
Fragmentos de vasos cerámicos rotos que se aprovechaban para varios fines, entre ellos el de escribir con tinta sobre ellos notas de diversos caracteres. Tienen la particularidad de que se conservan muy bien en condiciones que no pueden ser resistidas por los papiros. En Grecia se usaban en votaciones para decidir si una persona debía ser proscrita o no de la sociedad; de ahí surgió el término ostracismo. En Egipto se usaban para todo tipo de anotaciones de la vida diaria, negocios, recibos, cartas, etc. El término «ostrakón» aparece en Jb. 2:8 en la versión LXX: «Kai elaben ostrakon» («Y tomaba... un tiesto»).
Entre los diversos hallazgos de óstraca en las excavaciones arqueológicas del Oriente Medio se pueden mencionar:
(a) Egipto.
Se han hallado óstraca de todas las épocas, pero la mayoría pertenecen a la época del Nuevo Imperio y proceden de Tebas y del valle de los Reyes (Deir el-Medineh). Escritos en su mayor parte en hierático cursivo, se han hallado también unos pocos inscritos con jeroglíficos y también con dibujos artísticos. Los óstraca encontrados se pueden clasificar en dos categorías:
(A) literarios:
Óstraca en los que aparecen selecciones de historias, poemas, obras sapienciales, himnos, etc. Parecen proceder de ejercicios escolares o quizá también como ejercicios memorísticos o familiares.
(B) no literarios:
En la categoría de óstraca no literarios se hallan listados de trabajadores, con marcas de ausencias, informes laborales, distribución de raciones, facturas, pleitos, correspondencia, contratos matrimoniales, etc. Gracias a ello se ha podido conseguir una información mucho mayor del Egipto correspondiente a la época del Nuevo Imperio. Cronológicamente, este Imperio se sitúa convencionalmente entre 1570 y 1085 a.C. Sin embargo, Velikovsky y Courville, entre otros exponentes de la cronología revisada, documentan convincentemente la expulsión de los hicsos y el inicio del Nuevo Imperio durante el reinado del rey Saúl. Así, estos óstraca arrojan luz en realidad sobre las condiciones del Egipto contemporáneo y posterior a la época del rey David. (Véanse EGIPTO, HICSOS, etc.)
(b) Samaria.
En las excavaciones efectuadas en 1910 se hallaron setenta y cinco óstraca en lengua hebrea, escrita en caracteres fenicios, en las ruinas del palacio real. Se trata de textos privados y comerciales. Han sido asignados variamente al reinado de Acab y de Jeroboam II. Aunque no aportan nada de importancia al conocimiento de la historia, sí que tienen valor en el estudio de la escritura hebrea antigua y de su vocabulario y giros.
(c) Laquis.
En las excavaciones entre 1935 y 1938 en Tell ed-Duweir, donde se hallan las ruinas de la Laquis bíblica, se descubrieron veintiún óstraca, en su mayor parte cartas militares escritas en paleohebreo. Por el estudio de su evidencia interna se les ha asignado la fecha de 588 a.C. Iban dirigidos al gobernador de la ciudad durante los últimos años del reino de Judá, en la época en que los ejércitos de Babilonia iban reduciendo las ciudades amuralladas una tras otra. Hay una estrecha relación entre las condiciones reveladas por estos documentos y el libro de Jeremías. El Ostracón III, dirigido desde Jerusalén a Laquis, como los demás, dice: «Las palabras del profeta no son buenas... puede debilitar las manos de ...(cfr. Jer. 38:4). Estas palabras pueden referirse al mismo Jeremías. Otro dato de interés es que en estos óstraca se halla el repetido uso de YHWH, que más tarde el rabinismo restringirá grandemente en su utilización. (Véanse JEREMÍAS, LAQUIS.)
(d) Jerusalén.
En unas excavaciones efectuadas entre 1923 y 1925 se halló el llamado ostracón «Ofel», que da una lista de nombres difícilmente legible, y que ha sido datado en el siglo VII a.C.
(e) Óstraca del Nuevo Testamento.
Entre la gran cantidad de óstraca hallados en Egipto se han descubierto veinte de ellos con cortos pasajes del NT, procedentes del siglo VII d.C., y escritos en griego. De los veinte, diez de ellos dan un pasaje largo ininterrumpido (Lc. 22:40-71). Los otros diez óstraca muestran pasajes de los cuatro evangelios oscilando entre dos y nueve versículos cada uno. Constituyen un testimonio del interés de las personas pobres por el Evangelio en el Egipto de la época de la invasión árabe.
Hay mucha mayor variedad de óstraca, como los coptos de la época de Bizancio, de interés para la historia de la Iglesia. Así como otros de mucha mayor antigüedad en Gezer, con escritura protoalfabética. Para éstos y mucha información adicional, se recomienda el estudio de las obras especializadas.
Bibliografía:
Bruce, F. F.: «The Books and the Parchements» (Pickering and Inglis, Londres, 1950);
Deissmann, G. A.: «Light from the Ancient East», 1910;
Hayes, W. C.: «The Scepter of Egypt», II, 1959;
Kenyon, F. G.: «Our Bible and the Ancient Manuscripts», 1958;
Lefevre, G.: «Fragments grecs des Évangiles sur ostraca», 1905;
Robert, B. J.: «The Old Testament text and versions», 1951;
Sauneron, S.: «Catalogue des Ostraca Hieratiques Non Littéraires de Deir el Medineh», 1959;
Wilcken, U.: «Griechische ostraca», 2 vols. 1899.