Los samaritanos poseían el Pentateuco hebreo mencionado por Jerónimo, Eusebio y otros de los llamados Padres de la Iglesia. En 1616 Pietro della Valle consiguió comprar una copia a los samaritanos de Damasco, que pasó en 1623 a la Biblioteca del Oratorio en París. A fines del siglo XVIII habían llegado a Europa otras quince copias más o menos completas, a las que posteriormente se añadirían otras. Morin (Morinus), que publicó en 1632 el Pentateuco Samaritano, estimó que el texto samaritano era muy superior al de los masoretas (Véase MASORETAS).

Durante casi dos siglos hubo controversias acerca de este tema. En 1815, Gesenio, un célebre hebraísta, una vez hubo examinado minuciosamente el texto samaritano, declaró que en realidad era muy inferior al texto masorético, y de un valor crítico mediocre. La mayor parte de los rollos samaritanos, conteniendo el Pentateuco completo o ciertas partes de él, no es considerada anterior al siglo X de la era cristiana; uno o dos de ellos, que se conservan en Nablus (la antigua Siquem) son considerados más antiguos. Los diversos rollos samaritanos están escritos en caracteres análogos a los de las monedas de la época de los macabeos, que los judíos empleaban antes de la introducción del hebreo cuadrado, aunque presenta diferencias. El texto samaritano difiere frecuentemente del texto hebreo de los masoretas. En Dt. 27:4, Moisés ordena al pueblo que levante, cuando haya atravesado el Jordán, grandes piedras sobre el monte Ebal, y encalarlas, para escribir sobre ellas la Ley. Con el fin de aumentar la veneración por su montaña sagrada, los samaritanos reemplazaron en su texto el término Ebal por el de Gerizim; hay otras variantes de menor importancia. La mayor parte de ellas provienen de errores fortuitos de escribas, aunque hay algunas que tienen que ser atribuidas a alteraciones deliberadas. Hay alrededor de 2.000 pasajes en los que el texto samaritano concuerda con la LXX y no con las lecturas hebreas, lo que indica que los traductores de la LXX trabajaron con un texto hebreo muy análogo al de los samaritanos.

La fecha en que los samaritanos entraron en posesión, y las circunstancias en que lo hicieron, se transforman en una asunto muy interesante y de mucho peso en la cuestión de la antigüedad del Pentateuco. Según una tradición antigua aún muy acreditada, lo copiaron de un escrito sagrado que se poseía con anterioridad al cisma del año 931 a.C. (bajo Roboam). Según otra tradición, el Pentateuco les habría venido con el sacerdote encargado de instruir a los colonos traídos de Asiria para repoblar Samaria después de la deportación de los israelitas, hacia el año 722 a.C. (2 R. 17:28). También se piensa que el Pentateuco Samaritano hubiera podido ser llevado allí por un sacerdote renegado en la época de la construcción del templo de Gerizim (Ant. 11:7-8). Pero incluso aceptando una fecha tan tardía como la de Senballat y Manasés, esto es, la época de Nehemías (cfr. Neh. 13:28), hay importantes consecuencias con respecto a la antigüedad del Pentateuco: Este hecho no sólo certificaría que el Pentateuco ya existía íntegro entonces, sino también que no era ni podía ser una compilación de aquellos tiempos. Manasés, que era de la línea del sumo sacerdote, quedó excluido de esta función debido a que rehusó separarse de su esposa pagana tal y como la Ley lo demandaba. En lugar de protestar contra la Ley como no genuina, pasó a mantener su yugo sobre sus partidarios samaritanos. Esta conducta sólo puede ser explicada por la firme convicción de Manasés de la genuinidad del Pentateuco. Fuera como fuera, el Pentateuco existía entonces, y fue preservado en una línea de copia independiente por los samaritanos.

No se debe confundir el Pentateuco Samaritano con una versión del Pentateuco al dialecto samaritano de los inicios de la era cristiana. Los samaritanos poseen asimismo una versión árabe del Pentateuco fechada en los siglos XI o XII d.C., y otros escritos bíblicos.

Bibliografía:

Davidson, S.: «Treatise on Biblical Criticism» (1852);

Hengstenberg, E. W. (1827-69): «Authentie des Pentateuches».

Thompson, J. E. H.: «Pentateuch, the Samaritan» artículo en ISBE, vol. IV PP. 2313-2318 (Wm. Eerdmans, Grand Rapids, 1946).

Véase también Bibliografía en el artículo PENTATEUCO.


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