(heb. «kinnãm» o «kinnim»).

Pequeño insecto molesto, parásito del hombre.

Fue la tercera plaga de Egipto (Éx. 8:13).

Hay traductores que vierten «mosquito», pero Josefo indica que se trataba de piojos, y con toda probabilidad es él quien tiene razón. Los piojos constituyen en Oriente una plaga permanente de primera magnitud. Es difícil imaginar la angustia causada por su prodigiosa multiplicación.

Para escapar a esta plaga, los musulmanes se rasuran la cabeza y se depilan todo el cuerpo; con ello siguen la antigua costumbre de los sacerdotes egipcios.


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