Las dos principales palabras que se traducen «poder» en el NT son: (a) «dynamis» y (b) «exousia». Es importante discriminar entre ambas, porque no significan lo mismo. «Dynamis» puede ser descrita como «capacidad moral o física, poder». «Exousia» significa «autoridad delegada, derecho, privilegio». Esta última siempre supone el poder de ejercer el derecho, pero la primera no conlleva ningún concepto de derecho o autoridad. Así, «dynamis» se traduce capacidad, eficacia, fuerza, maravilla, milagro, poder, potencia, señal, valor, que ayuda más a ver el carácter de esta palabra, en contraste con «exousia», que se traduce autoridad, derecho, jurisdicción, libertad, poder, potestad.
El término «poder» aparece en ambas listas, y es preciso evitar toda ambigüedad: «Exousia» se traduce frecuentemente como «poder», cuando otro término podría dar un mejor sentido. Así, se traduce correctamente «potestad» (o «autoridad»): «el Hijo del hombre tiene potestad (o autoridad)» (Mt. 9:6; cfr. 28:18; Mr. 2:10; Lc. 4:6; Jn. 17:2; Col. 1:13, etc.). En cambio, se traduce «poder» en la versión Reina-Valera 1960 en pasajes como Lc. 12:5; Jn. 10:18; Hch. 5:4; 8:19; Ap. 9:3, 10, 19; 11:6; 14:18; 16:9; 18:1, donde estaría mejor traducida como «autoridad», «derecho» o «potestad».
Recapitulando, «dynamis» significa sólo la fuerza o poder, en tanto que «exousia» denota un derecho o potestad delegados, con el poder necesario para ponerlo en vigor.