En 1 Cr. 9:19-24 y 16:38 se hace referencia a los levitas al servicio de la tienda del Tabernáculo.

Había guardas para la vigilancia de las puertas de las ciudades (2 S. 18:26; 2 R. 7:10) y de las del Templo (1 Cr. 26:12); también había servidores que vigilaban las entradas de casas de alcurnia privadas (Mr. 13:34).

Cuando David organizó el servicio de los levitas para la casa de Dios, asignó a cuatro mil de ellos al servicio de la guarda de las puertas. No llevaban todos a cabo esta actividad de manera simultánea: David los repartió en órdenes, que deberían turnarse en su función (1 Cr. 23:5; 26:1-19).


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