Designación por la que se conocen los libros de Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, y que se refiere primariamente a la extensión de ellos. En el canon judío Daniel está situado, no en los Profetas, sino en los Escritos, debido a que no ejerció el oficio de profeta en el seno de la nación, aunque sí fue receptor de revelaciones proféticas procedentes de Dios.
Bibliografía:
Véase también bajo los artículos correspondientes a cada libro.