(heb., plural de «suerte»).
Amán echó suertes para determinar un día de buen augurio para la destrucción de los judíos. Al quedar deshechos los designios de Amán, la liberación de los judíos quedó marcada por una fiesta anual (Est. 3:7; 9:24-32) los días catorce y quince del mes de Adar. Esta fiesta no es mencionada por nombre en el NT, aunque hay exegetas que suponen que es la aludida en Jn. 5:1.
Esta fiesta sigue siendo celebrada en el seno del judaísmo: se lee el libro de Ester, y se pronuncian maldiciones sobre Amán y su esposa, pronunciándose bendiciones sobre Mardoqueo y el eunuco Harbona (Est. 1:10; 7:9).