(ac.: «fulminador»).

Divinidad siria, que tenía un santuario en Damasco. Naamán y su rey tenían la costumbre de prosternarse en su templo (2 R. 5:18). En Asiria, donde recibía el nombre de Rimón, o Ramán, se hallaba entre los doce dioses principales, y era el que estaba sobre las tormentas, la lluvia, los relámpagos y el trueno. Bajo los rasgos de destructor de las cosechas, suscitaba el terror; como dios de la fecundidad, recibía adoración. Era el mismo que Hadad, dios supremo de los sirios, llamado Hadad-rimón. (Véase DIVINIDADES PAGANAS.)


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